A principios del mes de Julio y tras la avanzadilla del grupo de Aitor, Busta y compañía, un grupo de buzos del club y familias, nos desplazamos hasta la Isla de Roatán en Honduras para pasar unos días de buceo y vacaciones. El viaje de ida tuvo de todo un poco pero por no abundar en los detalles desagradables, lo podemos resumir que tras 31 horas desde que salimos de Donosti, por fin llegamos al hotel de Roatán en West Bay. Duro viaje y con contratiempos como por ejemplo el de tener que hacer una escala en Guatemala no prevista. Finalmente y tras encontrarnos frente al mar Caribe, se nos empezó a pasar la mala leche del trayecto y mas tarde, cuando hicimos la primera inmersión, comprobamos como el arrecife bien conservado de la isla, sirve de antídoto contra el enfado.
Enseguida nos dimos cuenta de otro problema en este viaje .En esta zona y en época de lluvias, los pertinaces mosquitos dieron buena cuenta de nuestras pieles guiris y literalmente nos acribillaron por todo el cuerpo. Menos mal que nos pasábamos gran parte del día sumergidos y ahí nos daban tregua.
En cuanto al hotel Paradise Beach Club, que era donde estábamos alojados, comentaremos que era un hotel pequeño y acogedor, a pie de playa y que estuvimos realmente bien. Los buceos los hicimos con el Dive Center Anémona y gracias al equipo de Mari Paz, las inmersiones Fueron muy agradables. Carol, Joan,Jean Paul, Nelson y compañía, se encargaban de que todo saliera bien y nosotros nos dedicáramos ha hacer fotos y disfrutar. Botellas de aluminio de 11 litros pero normalmente cargadas a 210 Bares, nos daban la autonomía suficiente como para alargar la inmersión por encima de la hora de duración. Debemos dar las gracias por su paciencia ya que como siempre, éramos los últimos en salir del agua.
Las inmersiones eran variadas y teníamos las típicas “caribeñas” en corriente como Pablo´s place, profundas como Hole in the Wall, en la que “alguno” bajó hasta los -56 mt para adentrarse en el agujero azul que parte desde los -30 hasta mas de 100, dicen. Mucha vida y color y la suerte de poder presenciar espectáculos como el de una tortuga comiendo esponjas mientras los peces ángel aprovechaban los desperdicios, hicieron que las inmersiones fueran divertidas y que además pudiéramos salir del agua con algunas buenas fotos. Light House, Half moon Bay, Blue chanel, Accuario, y el pecio Aguilas, fueron el resto de las inmersiones. Algunas las repetimos y en todas disfrutamos. Para poner la guinda a este paquete de inmersiones, nos desplazamos hasta la capital de la isla a hacer una inmersión de Feedin con Tiburones. FACE to FACE with the shark, es una inmersión en corriente mar adentro y en una pared de coral en el arrecife a unos -20 metros. Muchos tiburones y espectáculo garantizado si no has tenido esta experiencia anteriormente.
Los tiburones de arrecife de la zona, están acostumbrados a esta ceremonia y aparentemente no hay peligro. Hasta el punto que tras estar un rato protegidos por el arrecife a nuestra espalda, salimos a nadar con los tibus. Las fotos de Nano dan fe del espectáculo, yo tuve peor suerte y la cámara me jugó una mala pasada pudiendo salvar de la quema unicamente dos fotos.
Otra dato destacable de la zona es que en la misma playa y a menos de 50 metros de la orilla, simplemente con snorkel podías presenciar espectáculos impensables en otros lugares como por ejemplo, ver langostas, tortugas, rayas y todo tipo de peces en apenas 2 metros de agua. De puro vicio poder estar a las seis de la mañana en agua a 29,5 grados y con tan solo gafas y tubo, para ver todo esto. El agua por supuesto limpísima y con una visibilidad increíble.
Con cierta pena, terminamos nuestra estancia en la isla y nos trasladamos al Yucatán para pasar allí los últimos días de nuestras vacaciones. Esta vez, vuelo directo a Cancún y sin pasar por Guatemala. Sorpresa agradable ya que nos temíamos de nuevo los mareos de la compañía aérea TAG. Como nó, la sorpresa nos aguardaba en Cancún donde el enlace para el transporte a Rivera Maya, no estaba esperándonos y tras una hora y media de negociaciones y mal humor, conseguimos que nos llevaran al hotel en Playa del Carmen. Nada que ver el complejo hotelero de México con el de Honduras pero yo personalmente eché de menos la tranquilidad del hotel de Roatán.
En esta parada nuestro plan era bucear únicamente en Cenotes, ya que además de ser una especialidad prácticamente única en el mundo, nos costaba mentalmente bucear en el arrecife de Playa del Carmel o la cercana Isla de Cozumel tras haber llegado de ver los magníficos arrecifes de Roatán. Las diferencias son notables.
Otra vez los mosquitos y esta vez mas grandes. En plena selva y en las entradas de los Cenotes nos machacaban y no quedaba otra que enfundarse en el neopreno lo más rápidamente posible para protegernos de los “cazas Mexicanos”. Imaginaros en medio de la selva a 38 grados y con una humedad de más del 95% lo agradable de estar vestido de Romano. Necesidad obliga.
El equipo de Pepe Esteban y Vicente nos trataron fenomenalmente y nos hicieron disfrutar de lo lindo en su compañía. Buceamos en Chac mool, Tajma há y Manatí. Casualidades ocurren y en esta ocasión, nos encontramos allí con Mari Mar y Luis de Buceo Navarra. Ese día con la amabilidad de Pepe nos llevó a un cenote muy especial y realizamos una inmersión muy cañera y a la vez inolvidable por lo que vimos y por el despliegue técnico que tuvimos que afrontar para su realización. Me permitiréis que no de mas datos de esta inmersión pero es que fue tan espectacular he inolvidable como inconfesable en sus detalles. Gracias Pepe. Para terminar esa jornada, ya de vuelta, paramos en una tasca en el México de verdad y comimos guacamole y pizza de pulpo y camarones con como no, cervezas locales. Una oportunidad más de tomar contacto con la zona normalmente no visible para los turistas en este país y que nos demostró el carácter especial de Pepe para con las visitas que recibe.
Como todo lo bueno, esto también se acababa y de vuelta al avión y a Donostia a nuestros que haceres diarios.
Nos traemos de este viaje buenos recuerdos, algunos malos de la organización, un puñado de buenas fotos submarinas y unas 1.832 picaduras de mosquito por cabeza pero en definitiva no hay viaje perfecto...¿no? Ahora nos toca nuestro cantábrico, frió, con poca visibilidad, movido pero querido como el que mas porque es el nuestro y además si lo piensas bien de no ser así, no disfrutaríamos lo mismo cuando nos desplazamos a bucear a otros mares mas amables.
No vemos en el fondo. JuanMa.
CRONICA DEL MOSQUITO
A principios del mes de Julio y tras la avanzadilla del grupo de Aitor, Busta y compañía, un grupo de buzos del club y familias, nos desplazamos hasta la Isla de Roatán en Honduras para pasar unos días de buceo y vacaciones. El viaje de ida tuvo de todo un poco pero por no abundar en los detalles desagradables, lo podemos resumir que tras 31 horas desde que salimos de Donosti, por fin llegamos al hotel de Roatán en West Bay. Duro viaje y con contratiempos como por ejemplo el de tener que hacer una escala en Guatemala no prevista. Finalmente y tras encontrarnos frente al mar Caribe, se nos empezó a pasar la mala leche del trayecto y mas tarde, cuando hicimos la primera inmersión, comprobamos como el arrecife bien conservado de la isla, sirve de antídoto contra el enfado.
Enseguida nos dimos cuenta de otro problema en este viaje .En esta zona y en época de lluvias, los pertinaces mosquitos dieron buena cuenta de nuestras pieles guiris y literalmente nos acribillaron por todo el cuerpo. Menos mal que nos pasábamos gran parte del día sumergidos y ahí nos daban tregua.
En cuanto al hotel Paradise Beach Club, que era donde estábamos alojados, comentaremos que era un hotel pequeño y acogedor, a pie de playa y que estuvimos realmente bien. Los buceos los hicimos con el Dive Center Anémona y gracias al equipo de Mari Paz, las inmersiones Fueron muy agradables. Carol, Joan,Jean Paul, Nelson y compañía, se encargaban de que todo saliera bien y nosotros nos dedicáramos ha hacer fotos y disfrutar. Botellas de aluminio de 11 litros pero normalmente cargadas a 210 Bares, nos daban la autonomía suficiente como para alargar la inmersión por encima de la hora de duración. Debemos dar las gracias por su paciencia ya que como siempre, éramos los últimos en salir del agua.
Las inmersiones eran variadas y teníamos las típicas “caribeñas” en corriente como Pablo´s place, profundas como Hole in the Wall, en la que “alguno” bajó hasta los -56 mt para adentrarse en el agujero azul que parte desde los -30 hasta mas de 100, dicen. Mucha vida y color y la suerte de poder presenciar espectáculos como el de una tortuga comiendo esponjas mientras los peces ángel aprovechaban los desperdicios, hicieron que las inmersiones fueran divertidas y que además pudiéramos salir del agua con algunas buenas fotos. Light House, Half moon Bay, Blue chanel, Accuario, y el pecio Aguilas, fueron el resto de las inmersiones. Algunas las repetimos y en todas disfrutamos. Para poner la guinda a este paquete de inmersiones, nos desplazamos hasta la capital de la isla a hacer una inmersión de Feedin con Tiburones. FACE to FACE with the shark, es una inmersión en corriente mar adentro y en una pared de coral en el arrecife a unos -20 metros. Muchos tiburones y espectáculo garantizado si no has tenido esta experiencia anteriormente.
Los tiburones de arrecife de la zona, están acostumbrados a esta ceremonia y aparentemente no hay peligro. Hasta el punto que tras estar un rato protegidos por el arrecife a nuestra espalda, salimos a nadar con los tibus. Las fotos de Nano dan fe del espectáculo, yo tuve peor suerte y la cámara me jugó una mala pasada pudiendo salvar de la quema unicamente dos fotos.
Otra dato destacable de la zona es que en la misma playa y a menos de 50 metros de la orilla, simplemente con snorkel podías presenciar espectáculos impensables en otros lugares como por ejemplo, ver langostas, tortugas, rayas y todo tipo de peces en apenas 2 metros de agua. De puro vicio poder estar a las seis de la mañana en agua a 29,5 grados y con tan solo gafas y tubo, para ver todo esto. El agua por supuesto limpísima y con una visibilidad increíble.
Con cierta pena, terminamos nuestra estancia en la isla y nos trasladamos al Yucatán para pasar allí los últimos días de nuestras vacaciones. Esta vez, vuelo directo a Cancún y sin pasar por Guatemala. Sorpresa agradable ya que nos temíamos de nuevo los mareos de la compañía aérea TAG. Como nó, la sorpresa nos aguardaba en Cancún donde el enlace para el transporte a Rivera Maya, no estaba esperándonos y tras una hora y media de negociaciones y mal humor, conseguimos que nos llevaran al hotel en Playa del Carmen. Nada que ver el complejo hotelero de México con el de Honduras pero yo personalmente eché de menos la tranquilidad del hotel de Roatán.
En esta parada nuestro plan era bucear únicamente en Cenotes, ya que además de ser una especialidad prácticamente única en el mundo, nos costaba mentalmente bucear en el arrecife de Playa del Carmel o la cercana Isla de Cozumel tras haber llegado de ver los magníficos arrecifes de Roatán. Las diferencias son notables.
Otra vez los mosquitos y esta vez mas grandes. En plena selva y en las entradas de los Cenotes nos machacaban y no quedaba otra que enfundarse en el neopreno lo más rápidamente posible para protegernos de los “cazas Mexicanos”. Imaginaros en medio de la selva a 38 grados y con una humedad de más del 95% lo agradable de estar vestido de Romano. Necesidad obliga.
El equipo de Pepe Esteban y Vicente nos trataron fenomenalmente y nos hicieron disfrutar de lo lindo en su compañía. Buceamos en Chac mool, Tajma há y Manatí. Casualidades ocurren y en esta ocasión, nos encontramos allí con Mari Mar y Luis de Buceo Navarra. Ese día con la amabilidad de Pepe nos llevó a un cenote muy especial y realizamos una inmersión muy cañera y a la vez inolvidable por lo que vimos y por el despliegue técnico que tuvimos que afrontar para su realización. Me permitiréis que no de mas datos de esta inmersión pero es que fue tan espectacular he inolvidable como inconfesable en sus detalles. Gracias Pepe. Para terminar esa jornada, ya de vuelta, paramos en una tasca en el México de verdad y comimos guacamole y pizza de pulpo y camarones con como no, cervezas locales. Una oportunidad más de tomar contacto con la zona normalmente no visible para los turistas en este país y que nos demostró el carácter especial de Pepe para con las visitas que recibe.
Como todo lo bueno, esto también se acababa y de vuelta al avión y a Donostia a nuestros que haceres diarios.
Nos traemos de este viaje buenos recuerdos, algunos malos de la organización, un puñado de buenas fotos submarinas y unas 1.832 picaduras de mosquito por cabeza pero en definitiva no hay viaje perfecto...¿no? Ahora nos toca nuestro cantábrico, frió, con poca visibilidad, movido pero querido como el que mas porque es el nuestro y además si lo piensas bien de no ser así, no disfrutaríamos lo mismo cuando nos desplazamos a bucear a otros mares mas amables.
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