Otro año más, parece que le han cogido gusto a meterse en las entrañas de la tierra, un grupo de buceadores de la Sección de Actividades Subacuáticas de la Real Sociedad de Fútbol se internó tierra a dentro, para hacer espeleología.
El pasado sábado 27 de abril, la sección organizó una excursión a la cueva de Arrikrutz , en Oñati, ya que la mar no está para florituras. Se apuntaron 10 socios con familiares y amigos. A las siete de la mañana quedamos en el parking de Garbera distribuirnos en grupos para la ocupación de los coches.
Llegamos a la recepción de la cueva, que aun estaba cerrada, con una hora de antelación, debido a que salimos a la misma hora que el año pasado, sin darnos cuenta que la carretera de subida a Arantzazu, este año no estaba cortada y estuvimos esperando en la puerta con el frío que hacia, 6º grados, a que abriesen las mismas.
Nos recibieron los guías espeleólogos Borja y Ander, que nos iban a acompañar en el recorrido por el interior de la cueva. Nos pertrechamos con la ropa adecuada y tras reírnos un buen rato al ver lo bien que nos sentaba el casco a algunos, iniciamos el recorrido. El complejo tiene unos 14 Km. de recorrido sumando todas sus galerías. Hay un recorrido principal denominado turístico, que esta preparado con pasarelas de tramex. Este tramo lo hicimos relativamente rápido salvo por alguna parada para atender las explicaciones de los guías acerca de la historia y los vestigios encontrados en la cueva. Cuando ya te sales del recorrido principal es cuando empieza lo más interesante. Recorrimos varias galerías con algunos pasos “especiales” que provocaron más de una mofa sana por las “habilidades” de algunos para pasar por accesos estrechos. Algunas estalactitas realmente curiosas por poco habituales, dieron pie a los guías para contarnos algunas de las teorías que han venido dando a este fenómeno. En definitiva nada concluyente de momento pero aún así, muy interesante. Hasta ese momento habíamos recorrido galerías secas, pero la aventurilla estaba por venir. Efectivamente, nos tenían preparado un recorrido diferente para la salida.
Optaron por salir de la cueva por un acceso diferente al que habíamos tomado para entrar. Aprovechando que las condiciones de caudal de agua del río lo permitían, salimos por la galería por donde circula el río. El agua estaba “templadita” y realmente cuando las botas de goma se quedaban cortas, daba un poco de “risa” sentir como se te metía el agua dentro. La salida final a la luz del día fue espectacular ya que se trataba de un lugar escarpado lleno de vegetación y te trasladaba a parajes evocadores de una selva.
Al salir de la cueva, el grupo, con cara de cansancio, se sacó una foto con la bandera de la Real, para tener constancia de la “hazaña”.
Tras cambiarnos y vestirnos de civiles, fuimos a comer al restaurante Soraluze de la subida a Aranzazu. El hambre que da la espeleología!! Buena comida y buen ambiente con animada recapitulación de los mejores momentos cueva.
Participaron en la excursión: Borja Inza, Jesús Mª Castillo, Aitor Escribano, Hilario Martínez y dos familiares, Juanma Cousillas, Marco Tenés, Nanci y un amigo.
A la comida vinieron dos refuerzos culinarios, Yolanda Domeño, que aunque parezca mentira “llegó” a Oñati con el coche, junto con su copiloto Montse Rodríguez.
Otro año más, parece que le han cogido gusto a meterse en las entrañas de la tierra, un grupo de buceadores de la Sección de Actividades Subacuáticas de la Real Sociedad de Fútbol se internó tierra a dentro, para hacer espeleología.
El pasado sábado 27 de abril, la sección organizó una excursión a la cueva de Arrikrutz , en Oñati, ya que la mar no está para florituras. Se apuntaron 10 socios con familiares y amigos. A las siete de la mañana quedamos en el parking de Garbera distribuirnos en grupos para la ocupación de los coches.
Llegamos a la recepción de la cueva, que aun estaba cerrada, con una hora de antelación, debido a que salimos a la misma hora que el año pasado, sin darnos cuenta que la carretera de subida a Arantzazu, este año no estaba cortada y estuvimos esperando en la puerta con el frío que hacia, 6º grados, a que abriesen las mismas.
Nos recibieron los guías espeleólogos Borja y Ander, que nos iban a acompañar en el recorrido por el interior de la cueva. Nos pertrechamos con la ropa adecuada y tras reírnos un buen rato al ver lo bien que nos sentaba el casco a algunos, iniciamos el recorrido. El complejo tiene unos 14 Km. de recorrido sumando todas sus galerías. Hay un recorrido principal denominado turístico, que esta preparado con pasarelas de tramex. Este tramo lo hicimos relativamente rápido salvo por alguna parada para atender las explicaciones de los guías acerca de la historia y los vestigios encontrados en la cueva. Cuando ya te sales del recorrido principal es cuando empieza lo más interesante. Recorrimos varias galerías con algunos pasos “especiales” que provocaron más de una mofa sana por las “habilidades” de algunos para pasar por accesos estrechos. Algunas estalactitas realmente curiosas por poco habituales, dieron pie a los guías para contarnos algunas de las teorías que han venido dando a este fenómeno. En definitiva nada concluyente de momento pero aún así, muy interesante. Hasta ese momento habíamos recorrido galerías secas, pero la aventurilla estaba por venir. Efectivamente, nos tenían preparado un recorrido diferente para la salida.
Optaron por salir de la cueva por un acceso diferente al que habíamos tomado para entrar. Aprovechando que las condiciones de caudal de agua del río lo permitían, salimos por la galería por donde circula el río. El agua estaba “templadita” y realmente cuando las botas de goma se quedaban cortas, daba un poco de “risa” sentir como se te metía el agua dentro. La salida final a la luz del día fue espectacular ya que se trataba de un lugar escarpado lleno de vegetación y te trasladaba a parajes evocadores de una selva.
Al salir de la cueva, el grupo, con cara de cansancio, se sacó una foto con la bandera de la Real, para tener constancia de la “hazaña”.
Tras cambiarnos y vestirnos de civiles, fuimos a comer al restaurante Soraluze de la subida a Aranzazu. El hambre que da la espeleología!! Buena comida y buen ambiente con animada recapitulación de los mejores momentos cueva.
Participaron en la excursión: Borja Inza, Jesús Mª Castillo, Aitor Escribano, Hilario Martínez y dos familiares, Juanma Cousillas, Marco Tenés, Nanci y un amigo.
A la comida vinieron dos refuerzos culinarios, Yolanda Domeño, que aunque parezca mentira “llegó” a Oñati con el coche, junto con su copiloto Montse Rodríguez.
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