Este pasado fin de semana, se ha celebrado con puerto base en Bermeo y organizado por el club Urtabi, el Campeonato de Euskadi de pesca submarina de 2015. La posibilidad de presentar este año a cinco competidores en el campeonato de España que se celebrará en Getxo, ha hecho que la competencia ha sido enorme.
Como es costumbre, la primera jornada, el sábado, empezaba con las inscripciones sobre las 7:30 de la mañana mientras, al mismo tiempo, se iban preparando embarcaciones, barqueros, comisarios, organización y pescadores para salir de puerto sobre las 8:30. Había un rato de navegación hasta el centro de la zona, lugar en el que se daría la salida, así que una buena sincronización en los tiempos era importante.
Con la mar en buen estado, agua a buena temperatura y más limpia de lo deseado por la mayoría, todos los participantes se concentraban en el centro de la zona a la hora prevista. Desde Elantxobe hasta el faro de Lekeitio se iban a batir el cobre los mejores pescadores de Euskadi en esta primera jornada. Tras las instrucciones de rigor, se daba inicio a la competición y las embarcaciones salieron a buscar rápidamente las capturas en los puntos más "sensibles", los que otros podían conocer, y en los que llegar antes es sinónimo de
El resto de competidores se movían poco, por lo que parecía que en su mayoría, habían dado con zonas en las que ir haciendo capturas válidas. Gran parte de ellos se dedicaban a la pesca de orilla en busca de pintos, durdos, la cuota de lisas y alguna salpa, sin desmerecer a los sargos que siempre son bienvenidos en el pasador.
En el último tramo de la jornada, la mayor parte de los pescadores estaban cerca de la mitad de la zona disputándose las piezas en los últimos minutos. Llegadas las 14:00 todos salían del agua y después de "pasar revista" en el punto de concentración, se volvía a puerto, lugar en el que las implacables básculas darían su veredicto.
Un ligero tentempié para acto seguido pasar a pesar las capturas, que en general fueron notables, viéndose como muchos de los pescadores conseguían completar la cuota de congrios (dos de más de cuatro kilos), y bastantes de lisas (cinco de más de medio kilo), estando entre el resto de capturas: salpas de buen tamaño, pintos, durdos y sargos entre los que de vez en
El domingo amanecía con el día despejado, menos aire y la mar casi en calma total, salvo una brisa mañanera típica de esta zona y que desaparecería al poco de avanzar la mañana. La zona de competición era la comprendida entre Elantxobe y la punta oeste de la cala de Arribolas, dándose la salida un poco antes de la hora prevista desde las inmediaciones del propio puerto base.
Nada más dar la salida, los pescadores se distribuyeron principalmente en los alrededores de la isla de Izaro y en las orillas bajo el viaducto del tren a la salida del puerto. Mientras, algunos pocos se acercaban al los bloques del espigón de Bermeo y otros a la cala entre Laga y Ogoño, en la que el agua estaba un poco más movida y turbia, con la idea de capturar algunas lisas y salpas.
Durante la jornada, la mayor parte de los pescadores optaron por ir rascando piezas a poca agua, entre estos, los primeros clasificados del día anterior, que además llevaban un ritmo de bajadas altísimo. Alguno, como Ander Bergara optaban por tocar algunas marcas en torno a los treinta metros, para asegurar alguna pieza. Pero tardaron poco en comenzar a verse movimientos de embarcaciones que corrían de un lado a otro en busca de zonas más rentables, pero ni el día, ni las condiciones marinas parecían propiciar buenas pescas, al menos para la mayoría.
Faltaba poco para terminar la prueba y casi todos los pescadores estaban ya cerca de la zona de concentración quemando sus últimos cartuchos. La suerte estaba echada y tras el habitual recuento, se volvía a puerto a recoger barcos y proceder al pesaje que se hizo rápido, habida cuenta de las capturas mucho menos cuantiosas que el día anterior. En esta ocasión y a pesar del menor volumen de capturas, se vieron bonitas piezas de salmonete que daban color a las bandejas que se iban llenando de capturas similares a las de la jornada anterior, aunque en menor cantidad.
El pesaje se hizo de forma inversa a la clasificación previa y la duda de quién sería el txapeldun se mantuvo casi hasta el final.
Por último se hizo la entrega de premios mientras se esperaba el postre de la comida. En la entrega de trofeos hubo regalos para los barqueros y material para un pequeño sorteo, pero sobre todo un ambiente estupendo.
Este pasado fin de semana, se ha celebrado con puerto base en Bermeo y organizado por el club Urtabi, el Campeonato de Euskadi de pesca submarina de 2015. La posibilidad de presentar este año a cinco competidores en el campeonato de España que se celebrará en Getxo, ha hecho que la competencia ha sido enorme.
Como es costumbre, la primera jornada, el sábado, empezaba con las inscripciones sobre las 7:30 de la mañana mientras, al mismo tiempo, se iban preparando embarcaciones, barqueros, comisarios, organización y pescadores para salir de puerto sobre las 8:30. Había un rato de navegación hasta el centro de la zona, lugar en el que se daría la salida, así que una buena sincronización en los tiempos era importante.
Con la mar en buen estado, agua a buena temperatura y más limpia de lo deseado por la mayoría, todos los participantes se concentraban en el centro de la zona a la hora prevista. Desde Elantxobe hasta el faro de Lekeitio se iban a batir el cobre los mejores pescadores de Euskadi en esta primera jornada. Tras las instrucciones de rigor, se daba inicio a la competición y las embarcaciones salieron a buscar rápidamente las capturas en los puntos más "sensibles", los que otros podían conocer, y en los que llegar antes es sinónimo de
El resto de competidores se movían poco, por lo que parecía que en su mayoría, habían dado con zonas en las que ir haciendo capturas válidas. Gran parte de ellos se dedicaban a la pesca de orilla en busca de pintos, durdos, la cuota de lisas y alguna salpa, sin desmerecer a los sargos que siempre son bienvenidos en el pasador.
En el último tramo de la jornada, la mayor parte de los pescadores estaban cerca de la mitad de la zona disputándose las piezas en los últimos minutos. Llegadas las 14:00 todos salían del agua y después de "pasar revista" en el punto de concentración, se volvía a puerto, lugar en el que las implacables básculas darían su veredicto.
Un ligero tentempié para acto seguido pasar a pesar las capturas, que en general fueron notables, viéndose como muchos de los pescadores conseguían completar la cuota de congrios (dos de más de cuatro kilos), y bastantes de lisas (cinco de más de medio kilo), estando entre el resto de capturas: salpas de buen tamaño, pintos, durdos y sargos entre los que de vez en
El domingo amanecía con el día despejado, menos aire y la mar casi en calma total, salvo una brisa mañanera típica de esta zona y que desaparecería al poco de avanzar la mañana. La zona de competición era la comprendida entre Elantxobe y la punta oeste de la cala de Arribolas, dándose la salida un poco antes de la hora prevista desde las inmediaciones del propio puerto base.
Nada más dar la salida, los pescadores se distribuyeron principalmente en los alrededores de la isla de Izaro y en las orillas bajo el viaducto del tren a la salida del puerto. Mientras, algunos pocos se acercaban al los bloques del espigón de Bermeo y otros a la cala entre Laga y Ogoño, en la que el agua estaba un poco más movida y turbia, con la idea de capturar algunas lisas y salpas.
Durante la jornada, la mayor parte de los pescadores optaron por ir rascando piezas a poca agua, entre estos, los primeros clasificados del día anterior, que además llevaban un ritmo de bajadas altísimo. Alguno, como Ander Bergara optaban por tocar algunas marcas en torno a los treinta metros, para asegurar alguna pieza. Pero tardaron poco en comenzar a verse movimientos de embarcaciones que corrían de un lado a otro en busca de zonas más rentables, pero ni el día, ni las condiciones marinas parecían propiciar buenas pescas, al menos para la mayoría.
Faltaba poco para terminar la prueba y casi todos los pescadores estaban ya cerca de la zona de concentración quemando sus últimos cartuchos. La suerte estaba echada y tras el habitual recuento, se volvía a puerto a recoger barcos y proceder al pesaje que se hizo rápido, habida cuenta de las capturas mucho menos cuantiosas que el día anterior. En esta ocasión y a pesar del menor volumen de capturas, se vieron bonitas piezas de salmonete que daban color a las bandejas que se iban llenando de capturas similares a las de la jornada anterior, aunque en menor cantidad.
El pesaje se hizo de forma inversa a la clasificación previa y la duda de quién sería el txapeldun se mantuvo casi hasta el final.
Por último se hizo la entrega de premios mientras se esperaba el postre de la comida. En la entrega de trofeos hubo regalos para los barqueros y material para un pequeño sorteo, pero sobre todo un ambiente estupendo.
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